Normalmente cuando compramos remolacha en el supermercado, ellas vienen sin rastros de haber tenido hojas. Es más frecuente encontrarlas con sus maravillosas hojas en los mercados. Hace bastante tiempo me enteré que las mismas son comestibles, tanto el tallo como la hoja propiamente dicha.
Es posible usarlas crudas como usaría otras hojas comestibles como la acelga o la espinaca. Son realmente buenas usadas en ensalada en un mezclum de lechugas. En esta oportunidad les presento una manera de consumir las hojas de remolacha en una sopa cremosa, que espero sea de su agrado.
Ingredientes:
- Un manojo de hojas de remolacha, con los tallos
- Una remolacha mediana o dos pequeñas
- dos papas medianas
- Aliños: cebolla, cebollín, ají dulce, pimentón, ajo
- Sal en cantidad necesaria
- Litro y medio de agua
Preparación:
Lavar muy bien los aliños y llevarlos a una olla con un litro y medio de agua y llevar al fuego.
Lavar y pelar las papas y la remolacha y cortarlas en cubos pequeños.
Dejar hervir por unos minutos los aliños y luego incorporar las papas y las remolachas en esa cocción.
Mientras esto ocurre, vamos lavando las hojas de las remolachas.
Cortamos los tallos en bastoncitos y los incorporamos a la sopa.
Una vez que notemos que los ingredientes se han integrado en la preparación y éstos se han ablandado procedemos a incorporar las hojas picadas, dejamos hervir unos cinco minutos. Corregimos el punto de sal y ya está lista. Apagamos el fuego y tapamos la olla.
Dejamos reposar para posteriormente licuar y así convertimos la sopa en una espesa crema, de un inusual e intenso color terroso que va del marrón al rojo, dejando traslucir un poco el verde de las hojas, tal como la vemos servida.
Como siempre les deseo éxito en la preparación de esta receta y que la disfruten mucho.
